Capítulo 51 “El domingo”
Hay
días que son desencuentros, multitudinarios y refrescantes desencuentros que
inhalan aire desmedido y zozobrante. Fuimos un conteo irregular, un dolor de
amor inesperado, un sincero adiós que se tradujo en un viaje sin retorno.
Y
somos inciertos mi amor… somos inciertos porque no va a sanarse esto que siento
y que vos no sentís, porque una llamada puede devolverte la dirección y el
rumbo, y un silencio puede evocar un rejunte de imaginación y encontrarme
durmiendo en tu pecho que exhala disfónicas palabras.
Reflejando
trípticos que representan la mañana, el desayuno y la ventana llena de
nosotros, encendemos el día más especial de nuestras vidas, porque nos
encuentra juntos, como cumpliendo un deseo, y el desengaño se vuelve pedestre, y
la luna se inhibe y perece…
Dominical
sensación de estar enamorándome… insalubre distancia e inmejorable momento para
decir que somos una dulce sensación de miedo y ternura.
La
tarde es una mañana vestida de sol… vos y yo somos la iluminación de esta
Buenos Aires que despliega sus piernas por todo nuestro amor, lo abraza con
sinceridad y nos encuentra, sinceros, frente a frente, hablándonos con la
mirada, desoyendo los mandatos del mundo confundido en el que millones se
desviven por la inclemencia y el sopor.
Y
vos sos diferente, vos sos un cofre repleto de universos, vos sos el sueño de
mis ojos que se deslizan por la infinidad de los tuyos… “da en el
blanco el amor”
Serenos
y distendidos, nos sentamos, nos degustamos, somos un vino que madura y se
añeja con dulzura, derramando el jugo de un viñedo inocente, mientras te miro
con mi vida y te digo lo que quisiera vivir con vos, mintiéndole al tiempo, y
muriendo en la comisura de tus labios que pronuncian estelares palabras,
mientras los deseo con fervor.
Y
hoy es especial, es simple y es complementario… nada vamos a decirnos, ni mucho
ni poco… nada.
Apenas
vamos a ensayar un puñado de escenas donde no seremos protagonistas centrales,
y nada quedará en pie porque la confusión es un corazón desorientado. Dos corazones
que se gustan en silencio o uno que se enferma del otro con singular mística,
atravesando el bosque con mis pies buscando encontrarse con tus pasos, y tu
mirada enviando señales a mi amor cautivo del encierro y la aciaga noche de sábado.
Y
todo empezó a cicatrizar, con la fragilidad nos amigamos con el invierno que
está llegando sinuoso desde lejos…
Extendimos
la noche, se hizo tarde y el azul cielo nos encontró diciéndonos todo y callándonos
lo decisivo… una amalgama de adjetivos y sustantivos que silenciaron al verbo,
una tarde sin acciones habladas, pero invadida por acciones abstractas que
determinaron un lenguaje ausente, tácito, implacable.
Puedo
afirmarte que elijo quedarme con vos, que elijo quedarme sin voz si tengo que
repetir, hasta quedar mudo, todo el amor que siento.
No
es un momento aislado el hoy… es domingo y eso tiene un valor incalculable… puede
pasar a ser nuestro día inmaculado, esencial, infinito.
Es
el día del paseo, el día del verde, el día de los días, el día del mundo, el
día en que dos universos constituyen uno y flotan con ternura ante el resto de
los universos.
La
felicidad y el amar son dos figuras separadas… estamos parados en un mundo que
quiere la felicidad, que persigue objetivos que yo no persigo.
Yo
te persigo a vos y no puedo encontrarte… yo hago del amor una acción que no
contiene felicidad, porque es real y no se viste de artificio, porque es amar
en forma verbal y yo quiero amar antes que ser feliz, y si ser feliz se tratase
de amor, seguramente estaría feliz si te tengo a mi lado regalándome la
serenidad y el albor de tus ojos indescriptibles y colmados de los míos, que
los contemplan atónitos, hechizados y enamorados.
Y
me voy, y nos vamos, y el domingo se esconde, se pierde entre las multitudes,
se deshoja como el otoño deshoja los parques. Y nos dejamos de decir todo
porque no hay mucho por decirnos… yo te lo dije todo y vos me dijiste todo, la confusión
puede ser un momento, un segundo, un santiamén.
Un
beso en tu boca sería el elixir que mi boca beba para romper el hechizo de tu
mirada que me tiene preso de vos.
“preferiría amarte y no pensar, siempre entre tus
piernas quiero más… amar, amar, amar, amar (…) las endorfinas de tu amor, si
todo se acabara hoy, ver lo que el viento nunca, nunca se llevó…”
Hoy
es domingo y elegí este día para decirte todo… porque sos vos y soy yo, porque
si nos unimos somos nosotros… y si somos nosotros somos el universo.
No
tiene importancia si es otro día, porque siempre será domingo de ahora en más…
en la acción está el secreto y en vos entender que puedo morir de vos de ahora
en más.
Me
callo, es tarde… vuelvo y te veo partir… te dejo un beso que no llega porque no
lo percibís.
Me
vuelvo enamorado y enamorando lo que a mi alrededor vive o muere… te digo todo
en medio de una noche solitaria que me encuentra solitario… creo que empiezo a
amar y vos tenés mucho que ver.
Me
duermo y sueño que te leo, que te canto, que te abrazo… amanece… sigue siendo
domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario