lunes, 8 de abril de 2013

Capítulo 51 “El domingo”


Hay días que son desencuentros, multitudinarios y refrescantes desencuentros que inhalan aire desmedido y zozobrante. Fuimos un conteo irregular, un dolor de amor inesperado, un sincero adiós que se tradujo en un viaje sin retorno.

Y somos inciertos mi amor… somos inciertos porque no va a sanarse esto que siento y que vos no sentís, porque una llamada puede devolverte la dirección y el rumbo, y un silencio puede evocar un rejunte de imaginación y encontrarme durmiendo en tu pecho que exhala disfónicas palabras.

Reflejando trípticos que representan la mañana, el desayuno y la ventana llena de nosotros, encendemos el día más especial de nuestras vidas, porque nos encuentra juntos, como cumpliendo un deseo, y el desengaño se vuelve pedestre, y la luna se inhibe y perece…

Dominical sensación de estar enamorándome… insalubre distancia e inmejorable momento para decir que somos una dulce sensación de miedo y ternura.

La tarde es una mañana vestida de sol… vos y yo somos la iluminación de esta Buenos Aires que despliega sus piernas por todo nuestro amor, lo abraza con sinceridad y nos encuentra, sinceros, frente a frente, hablándonos con la mirada, desoyendo los mandatos del mundo confundido en el que millones se desviven por la inclemencia y el sopor.

Y vos sos diferente, vos sos un cofre repleto de universos, vos sos el sueño de mis ojos que se deslizan por la infinidad de los tuyos… “da en el blanco el amor”

Serenos y distendidos, nos sentamos, nos degustamos, somos un vino que madura y se añeja con dulzura, derramando el jugo de un viñedo inocente, mientras te miro con mi vida y te digo lo que quisiera vivir con vos, mintiéndole al tiempo, y muriendo en la comisura de tus labios que pronuncian estelares palabras, mientras los deseo con fervor.

Y hoy es especial, es simple y es complementario… nada vamos a decirnos, ni mucho ni poco… nada.

Apenas vamos a ensayar un puñado de escenas donde no seremos protagonistas centrales, y nada quedará en pie porque la confusión es un corazón desorientado. Dos corazones que se gustan en silencio o uno que se enferma del otro con singular mística, atravesando el bosque con mis pies buscando encontrarse con tus pasos, y tu mirada enviando señales a mi amor cautivo del encierro y la aciaga noche de sábado.

Y todo empezó a cicatrizar, con la fragilidad nos amigamos con el invierno que está llegando sinuoso desde lejos…

Extendimos la noche, se hizo tarde y el azul cielo nos encontró diciéndonos todo y callándonos lo decisivo… una amalgama de adjetivos y sustantivos que silenciaron al verbo, una tarde sin acciones habladas, pero invadida por acciones abstractas que determinaron un lenguaje ausente, tácito, implacable.

Puedo afirmarte que elijo quedarme con vos, que elijo quedarme sin voz si tengo que repetir, hasta quedar mudo, todo el amor que siento.

No es un momento aislado el hoy… es domingo y eso tiene un valor incalculable… puede pasar a ser nuestro día inmaculado, esencial, infinito.

Es el día del paseo, el día del verde, el día de los días, el día del mundo, el día en que dos universos constituyen uno y flotan con ternura ante el resto de los universos.

La felicidad y el amar son dos figuras separadas… estamos parados en un mundo que quiere la felicidad, que persigue objetivos que yo no persigo.

Yo te persigo a vos y no puedo encontrarte… yo hago del amor una acción que no contiene felicidad, porque es real y no se viste de artificio, porque es amar en forma verbal y yo quiero amar antes que ser feliz, y si ser feliz se tratase de amor, seguramente estaría feliz si te tengo a mi lado regalándome la serenidad y el albor de tus ojos indescriptibles y colmados de los míos, que los contemplan atónitos, hechizados y enamorados.

Y me voy, y nos vamos, y el domingo se esconde, se pierde entre las multitudes, se deshoja como el otoño deshoja los parques. Y nos dejamos de decir todo porque no hay mucho por decirnos… yo te lo dije todo y vos me dijiste todo, la confusión puede ser un momento, un segundo, un santiamén.

Un beso en tu boca sería el elixir que mi boca beba para romper el hechizo de tu mirada que me tiene preso de vos.

“preferiría amarte y no pensar, siempre entre tus piernas quiero más… amar, amar, amar, amar (…) las endorfinas de tu amor, si todo se acabara hoy, ver lo que el viento nunca, nunca se llevó…”

Hoy es domingo y elegí este día para decirte todo… porque sos vos y soy yo, porque si nos unimos somos nosotros… y si somos nosotros somos el universo.

No tiene importancia si es otro día, porque siempre será domingo de ahora en más… en la acción está el secreto y en vos entender que puedo morir de vos de ahora en más.

Me callo, es tarde… vuelvo y te veo partir… te dejo un beso que no llega porque no lo percibís.

Me vuelvo enamorado y enamorando lo que a mi alrededor vive o muere… te digo todo en medio de una noche solitaria que me encuentra solitario… creo que empiezo a amar y vos tenés mucho que ver.

Me duermo y sueño que te leo, que te canto, que te abrazo… amanece… sigue siendo domingo.

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