miércoles, 17 de abril de 2013

Capítulo 54 “El futuro imperfecto”


Cómo explicar lo inexplicable, lo increíble, lo inédito? Un acervo de inquietudes que rememoran esa bocanada de aire que irrumpe, con temor, en medio de tanto ahogo. Los resabios saben a agua dulce, el presente a dulzura en forma de gotas que vierto en tu cuerpo lleno de magia, de color, de tiempo…

Un altar donde miles de cosas acontecen y se amontonan como una nevada que pinta de blanco la cúspide de una montaña… solsticios enteros aguardando por este momento, cielos infinitos elevando sensaciones inolvidables, caramelos sobrevolando mi almohada.

Todo es tan surreal que empiezo a entender a la realidad, como un insolente libro cuyas páginas están en blanco, de modo tal que no pueda decodificarse el contenido.

El sabor de tus ojos, el color de tu pelo, la vergüenza de tus manos que se ocultan por orden tuya… todo un escenario de misterios que quiero descubrir, toda una historia que empieza a olvidarse de los hechos pretéritos que asolaron nuestras vidas.

Dos almas lastimadas que beben la poción del amor y curan sus heridas con cariño, con musicalidad, con palabras que no son azarosas.

El amor verdadero son tus muecas y tu timidez, son mis abrazos no concretados y mi ternura cuando aparecés… todo un precipicio de donde caen los sueños muertos y nacen las señales dormidas.

Y nosotros qué?

Nosotros… nosotros y el tiempo, nosotros y la tiranía de la lontananza, nosotros y todo lo que puede suceder si nos animamos a inmortalizarnos. Nosotros, el vos y yo conjugado, certero, un latido inmediato que negamos pero que late, con fuerza, con fervor, con cadencia arterial.

Se puede destrozar un corazón, mas nunca puede ser destruido el devenir del amor que es amar en gotas colmadas de amor.

Hay tiempos y dimensiones que no existen si no existimos como amor…

La maravilla que toma forma de vuelo y nos invita a deslizarnos, con placer, sobre un colchón de versos que nos acarician el cuerpo desnudo de un amor entre dos cuerpos fundidos.

Todos necesitamos encontrarnos en algún momento… no somos excepcionales en cuanto a eso, ni somos evocaciones que remiten a un duelo y volver a creer. Hay una huella que queda grabada en nosotros y se transporta, en perspectiva, a un mundo imaginario donde los imposibles y lo que no pudo ser, conviven a pesar de las rupturas.

Y puedo afirmarte que el porvenir es inminente, que habrá mucho Bochatón y Spinetta, mucho viaje y cenas, mucha ternura y llantos, mucha alegría y siestas, inviernos tapados de besos y veranos de besos sumergidos… todo en un inmenso collage erigido por un abrazo que nos vio nacer una tarde, hermosa, de domingo soleado.

Que podemos lastimarnos? Imposible… no hay nada que lastime a quienes se aman con solo mirarse.

Días de futuro incierto, de futuro imperfecto, de futuro que nos ve reflejarnos…

Somos una totalidad de tiempos verbales que coexisten con increíbles puntos de fusión, casi como ese beso que nos negamos en la tarde dominical, cuando los astros adornaban nuestros quebrantados corazones.

El futuro dice que viviremos, que beberemos del mar inmenso, sus melodías dispares, sus sonidos divinos, sus tesoros escondidos.

Un archipiélago inconsciente de miradas que se conectan cuando el amor se desnuda en las playas nocturnas, y me deja su perfume en la almohada. Dónde buscarte de ahora en más? Dónde encontrarte cuando me encuentre solo? Dónde sembrar el mundo que para vos vengo guardando?

Conteneme la ansiedad y serename el instinto, que un impulso nos encuentre eternizados en besos perdurables por siglos, en flores de mayo alicaído, frenético mes de estreno de un nuevo ciclo vital, donde amar es tarea del poeta y ser amada devenir de la musa.

Futuro perfecto es moderar la imperfección del amor, es humanizar los errores verbales del futuro imperfecto… la vida sabe de derrotas también y vos y yo somos una sonrisa en medio de tanto derrotismo.

Futuro porque seguiré esperándote, presente porque estás, pasado porque el ayer se reedita en tus ojos… y el vaticinio de un acto que no podré realizar, porque desde que sé que sos vos, ya no querré morir, sino en tus manos.


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