Capítulo 54 “El futuro imperfecto”
Cómo
explicar lo inexplicable, lo increíble, lo inédito? Un acervo de inquietudes
que rememoran esa bocanada de aire que irrumpe, con temor, en medio de tanto
ahogo. Los resabios saben a agua dulce, el presente a dulzura en forma de gotas
que vierto en tu cuerpo lleno de magia, de color, de tiempo…
Un
altar donde miles de cosas acontecen y se amontonan como una nevada que pinta
de blanco la cúspide de una montaña… solsticios enteros aguardando por este
momento, cielos infinitos elevando sensaciones inolvidables, caramelos
sobrevolando mi almohada.
Todo
es tan surreal que empiezo a entender a la realidad, como un insolente libro
cuyas páginas están en blanco, de modo tal que no pueda decodificarse el
contenido.
El
sabor de tus ojos, el color de tu pelo, la vergüenza de tus manos que se
ocultan por orden tuya… todo un escenario de misterios que quiero descubrir,
toda una historia que empieza a olvidarse de los hechos pretéritos que asolaron
nuestras vidas.
Dos
almas lastimadas que beben la poción del amor y curan sus heridas con cariño,
con musicalidad, con palabras que no son azarosas.
El
amor verdadero son tus muecas y tu timidez, son mis abrazos no concretados y mi
ternura cuando aparecés… todo un precipicio de donde caen los sueños muertos y
nacen las señales dormidas.
Y
nosotros qué?
Nosotros…
nosotros y el tiempo, nosotros y la tiranía de la lontananza, nosotros y todo
lo que puede suceder si nos animamos a inmortalizarnos. Nosotros, el vos y yo
conjugado, certero, un latido inmediato que negamos pero que late, con fuerza,
con fervor, con cadencia arterial.
Se
puede destrozar un corazón, mas nunca puede ser destruido el devenir del amor
que es amar en gotas colmadas de amor.
Hay
tiempos y dimensiones que no existen si no existimos como amor…
La
maravilla que toma forma de vuelo y nos invita a deslizarnos, con placer, sobre
un colchón de versos que nos acarician el cuerpo desnudo de un amor entre dos
cuerpos fundidos.
Todos
necesitamos encontrarnos en algún momento… no somos excepcionales en cuanto a
eso, ni somos evocaciones que remiten a un duelo y volver a creer. Hay una
huella que queda grabada en nosotros y se transporta, en perspectiva, a un mundo
imaginario donde los imposibles y lo que no pudo ser, conviven a pesar de las
rupturas.
Y
puedo afirmarte que el porvenir es inminente, que habrá mucho Bochatón y
Spinetta, mucho viaje y cenas, mucha ternura y llantos, mucha alegría y
siestas, inviernos tapados de besos y veranos de besos sumergidos… todo en un
inmenso collage erigido por un abrazo que nos vio nacer una tarde, hermosa, de
domingo soleado.
Que
podemos lastimarnos? Imposible… no hay nada que lastime a quienes se aman con
solo mirarse.
Días
de futuro incierto, de futuro imperfecto, de futuro que nos ve reflejarnos…
Somos
una totalidad de tiempos verbales que coexisten con increíbles puntos de fusión,
casi como ese beso que nos negamos en la tarde dominical, cuando los astros
adornaban nuestros quebrantados corazones.
El
futuro dice que viviremos, que beberemos del mar inmenso, sus melodías
dispares, sus sonidos divinos, sus tesoros escondidos.
Un
archipiélago inconsciente de miradas que se conectan cuando el amor se desnuda
en las playas nocturnas, y me deja su perfume en la almohada. Dónde buscarte de
ahora en más? Dónde encontrarte cuando me encuentre solo? Dónde sembrar el
mundo que para vos vengo guardando?
Conteneme
la ansiedad y serename el instinto, que un impulso nos encuentre eternizados en
besos perdurables por siglos, en flores de mayo alicaído, frenético mes de
estreno de un nuevo ciclo vital, donde amar es tarea del poeta y ser amada
devenir de la musa.
Futuro
perfecto es moderar la imperfección del amor, es humanizar los errores verbales
del futuro imperfecto… la vida sabe de derrotas también y vos y yo somos una
sonrisa en medio de tanto derrotismo.
Futuro
porque seguiré esperándote, presente porque estás, pasado porque el ayer se
reedita en tus ojos… y el vaticinio de un acto que no podré realizar, porque
desde que sé que sos vos, ya no querré morir, sino en tus manos.
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