Yo
te veo devenir de un lugar imposible… devenir es una acción asociada al
asombro, al desenfreno, al escenario donde me hallo mientras leo
mensajes de texto tuyos y los destino al recuerdo, al colosal segundo
donde nos encontramos ansiosos de tenernos una vez más.
Entregado
en tiempo y forma a tu simple vida llena de mí, discernir entre un
puñal y una tragedia póstuma me resulta inequívoco cuando el llano no me
permite encontrar el destino deslumbrante, de un atardecer junto a vos.
Hay
esquemas donde los complementos juegan un rol decisivo, hay una música
que nos colma de musicalidad y cadencia la vida, mientras los suburbios
ancestrales definen las rutas trazadas por calles casuales donde mi vida
resuelve la encrucijada entre vivir o amar. Fueron las estrellas
ausentes o el dolor inmenso en un pecho que dejaba de respirar con la
misma intensidad… tal vez el suicidio de la complejidad o el temblor de
una ciudad que cambió de color repentinamente.
Pienso
si, en este momento, te estarás enterando que te amo desde que
llegaste, pero mucho más aún, desde que decidiste hacerme a un costado
de tu vida.
De
nuevo las calles son otras, ante tu ausencia, todo devino en un color
extraño y en eterna noche mustia, que no me deja despertar de todo este
letargo… volver a verte, sentir que no nos reencontramos, pero que todo
sigue latente.
Recordás, acaso, la temporada de verano donde el sol abrasador nos decía que estábamos lejos, pero estábamos bien?.
Sos un horizonte que, sin querer, empezó a volverse paisaje.
Y
vivir amando fue la decisión que mi vida tomó cuando apareciste, y ahí
dejé de decir lo que pensaba, para quedarme mudo diciendo lo que sentía.
Todo un sendero donde nos dejamos bañar por el dulce frío de la noche
aciaga.
Yo
te di una vida entera y vos tan solo tu silencio… hoy ese murmullo
solemne descansa en la nostálgica gota de lluvia que duerme en
callejones perdidos de un laberinto donde yo, quien supo morir de amor
por vos, me pierdo entre multitudes ausentes.
Encandilado
por tu deslumbrante mirada sensorial y taciturna, me desafía el tiempo a
coronar mi búsqueda en el interior profundo de ella.
Y
cuando apareciste, ya nada fue igual, todo encontró ribetes
inesperados; mi vocación y mis ganas de sentir que amar era posible,
chocaron con tus azarosas ganas de vivir en amor… la contradicción
complementaria nos miró a los ojos mientras nos mirábamos con atención,
una tarde de abril que poco tenía para decirnos.
Hay
un viento helado atravesando mi garganta que quiere gritarle a tu
nombre todo ese amor que tu nombre de canción popular española
significa.
Sigo
caminando y me detengo a meditar un segundo, toda la cronología de una
historia que se dejó vencer por las contingencias mundanas… Dónde habrá
quedado tanta efusividad humana?.
Yo sé que hay mucho de mí en vos y vos sabés
que hay mucho de vos en mí… ambos sabemos lo que hay de cada uno en el
otro, un campo, un cielo o una simple huella en medio de un camino
infinito.
En definitiva la vida acomoda las piezas como si de un gran puzzle
se tratase y nosotros nos atrevemos a soñar distantes, como esperando
vaya a saber uno qué o quién… es indistinto el destino cuando hablamos
de amor, pues la concreción es inexorable, inminente, insuperable.
Podemos situarnos en el espacio que deseemos sin necesidad de evocar al
recuerdo, tomando en cuenta que el recuerdo tiene que ver con el amor y,
en este caso específico, no hay amor que no tenga que ver con vos.
Daniel
Melero me recita música al oído y el camino se vuelve ascendente,
siento, como él, que somos dos secretos guardados en una estrella fugaz,
olvido por un instante donde estoy y hacia donde me dirijo.
El parque está desbordado de infantes que son lo que yo he sido por un tiempo, cuando descansaba en tu pecho repleto de amor.
El verde no asoma porque el amarillo Van Gogh se encargó de invadir todo el aire.
La
Plata está encantadora si puedo imaginarte acá, conmigo, deshojando
cada esquina con la misma ternura que puedo desnudarte entera cuando mis
sueños te presentás.
Nada por decirte y todo por hacerte, mi electricidad es innata cuando
los tiempos aceleran los latidos internos y el corazón siente que
estalla de vos.
Hoy
amanecí enamorado de vos, como casi todos los días y es una inmensa
alegría sentir que la alegría que explota desde el interior de mí, es la
alegría que siento cuando pienso que sos la elegida para acompañarme a vivir la vida.
Algo que nos aleja, que nos desorienta y nos hace perder el rumbo…
La
noche está agotándose y el día me encontrará sumergido en viejas
alegorías perdidas en medio de un atolón decorado con fotos nuestras,
con palabras que se tatuaron en lo profundo de la ilusión que no
queremos reconocer, pero que nació con sólo vernos.
Ya
recorrí las galerías y los museos, el centro y la periferia, las
diagonales y los edificios… la ciudad es una niña caprichosa que se
viste de fiesta cuando la visitamos. Se peina, se pone su mejor atuendo y
nos guía por su bucólico corazón, donde las arterias se ven llenas de
sangre joven que circula por sus sinuosos órganos y el atardecer ofrece
un lugar donde jugar a morir de amor.
Yo grabé nuestras iniciales en un rincón de la capital, donde nadie sepa que estuvimos ausentemente enamorados.
Yo le confesé a este remanso de cemento y verde desenfreno adolescente, que estaba enamorado de vos…
Ella se quedó en silencio… nuestros nombres son una simpleza más, en este mundo que nos ve desencontrarnos.
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