domingo, 3 de marzo de 2013

Capítulo 38 “Las cosas cotidianas”


Florece otro día… lo anterior es una caja de recuerdos que empieza a desvanecer a los anteriores, enciendo la hornalla y me dispongo a preparar café, antes de partir a mis obligaciones.

Marzo vino como extraño, pendiente de esas alegorías que no cumplimos a tiempo, cerrado a una voluntad efímera.

Hipnótica tu presencia permanente, duradera como las estaciones nórdicas, como el verano caribeño o el calendario azteca. Somos un acervo de vanidades que se conjugan, hermosas, en el vientre de un amor inesperado pero delicioso.

Agarro el teléfono y te llamo, me atiende tu alter ego dormido, tu feminidad enterrada bajo el frío que empieza a ganar las calles, te saludo con dulzura, te convido mi desayuno y un beso matinal, te dejo dormir unos minutos más…

Termino mi café, te sirvo el tuyo, la ficción es hermosa si conduce a un momento en que la imagen se condice con el sueño que se sueña en ese preciso momento; hay flores, hojas amarillas y una ventana que me deja ver que la espera es sinónimo de belleza, cuando las luces se encienden y el día abre sus ojos.

Nos llamamos, nos contamos cosas, me comprás caramelos y me cambiás monedas… te escribo un verso y te miro a los ojos… tengo una foto tuya en mi monitor que me permite extrañarte menos y quererte más.

Sentir que cada rincón de mi día, de mi vida cotidiana es asombroso y fidedigno, como una novela de Bolaño, o quizá como una canción de la Velvet Underground.

Superando las horas que restan para que pueda verte, este mes trajo consigo muchas ganas de dormirme con vos, de despertarme con tu voz en los oídos, con tus manos en mi cuello, con tu pelo en mi almohada.

Ya pasaron un puñado de llamados, mensajes de texto y conversaciones virtuales… se disfruta de otro modo todo esto. El Abasto estaba como rebalsado de gente cuando volviste de la península itálica, la abstracción fue terrible, nadie había alrededor nuestro, los fantasmas eran anécdotas fabulosas.

El abrazo fue tan grande que resultó irrepetible, el sonido de las bocas resultó una orquesta tocando un réquiem indescriptible, una sonata vespertina, un vaivén cardinal en medio de un hemisferio desconocido.

El refugio de nuestro amor es un símbolo lingüístico de compleja comprensión, pues es un dialecto cuya simetría nace, crece y muere en nosotros, mientras resucita con más fuerza e irrumpe en los rincones más sensibles de nuestros cuerpos.

Somos hacer noni, somos medialunita integral y tortita negra, mandar faxes, querer vos, boni y boni, gorda y gordo,  los nenes y toda la parafernalia apodada amor… un inmenso mural que se nutre de los colores que emergen de nosotros.

Un derrotero de cosas que nos pasan todos los días y que vivimos con intensidad, mientras las fatalidades quedan afuera de nuestro lugar que es el amor,

Debajo de la almohada hay mil sueños, recuerdos, imágenes, encuentros, celebraciones, cavilaciones, montañas de anécdotas que nos hicieron crecer hasta llegar hasta acá.

Pueden pasar muchas cosas, pueden surgir bastantes mundos, puede terminarse el sueño pero no el amor.

El misterio y la periferia de un período que nunca imaginamos…

Sucumbir ante vos cuando quiera, sorprenderme de que sigamos haciendo angelitos en las pomposas nubes blancas de este año tan singular, tan nuestro. El recorrido de una verdad que se vuelve verdadera e inevitable… es la hora de amarnos en el almanaque, es un día para sumergirme en vos y capturar cada mirada que nos encuentre unidos a través de un canal que nuestros ojos construyen cuando se miran profundo, cuando la noche nos sorprende enredados como una madeja de flores que descansan hasta volver a salir en primavera.

Dejame hacerte canción para mis noches en vela, déjate ser compañera para los días que vendrán a asilarnos… somos un invierno lleno de ternura, de color, de compañía. El tiempo sabe que el reloj se detendrá cuando nuestro beso de novios diga sí.

Las cosas cotidianas nos hacen bien… que el futuro sea la gloria invadiendo nuestra dichosa historia… la historia que puede ser contada… la historia del amor.

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