miércoles, 13 de febrero de 2013

Capítulo 29 “Los festejos”


Y tuvimos tiempo de celebrar el simple acto de estar vivos, de habernos dado este tiempo de espera, de habernos encontrado con la misma convicción que nos habíamos estado buscando. Dos seres intergalácticos creando nuevas galaxias, dos urgencias implacables, dos miradas saboreando el dulce devenir de un espejo inmenso donde reflejarse.

Vimos las calles inundadas de huellas, vimos el azar deshacerse, vimos la historia concretarse, vimos tanto que apenas vimos algo.

Tuyo todo, mientras el sabor a vino añejo se desliza por mi boca que degusta la tuya y la emborracha de inverosimilitud, pues no son reales estos momentos para el mundo en que vivimos y escribimos esta historia.

Hoy descubrí que una nena hablaba de la bondad de los duendes, la vi en un retrato vestida de osita bailarina, con sus bucles ennegrecidos al son de su danza y su sonrisa, hoy sentí que esa nena puede revivir en un futuro dentro de tu vientre… una nena cuya belleza y ojos, encienden la candidez que emerge de los míos cuando la veo crecer y siento el calor de su cuerpo de mujer alada.

Nunca nos dijimos nada, apenas lo suficiente.

Podemos pasar las horas interrogando al destino, fragmentándolo, probando llaves que abran la puerta del misterioso viaje del amor que nace, se reproduce y, finalmente, se vuelve inmortal.

Tibios segundos que se vuelcan dentro del cajón de los recuerdos que revivimos cuando nos reencontramos… la paradoja de los pájaros que vuelan sin límites, que dedican su vida a volar, a soñarse infinitamente soñadores, mientras el mundo vive de puntas de pie clamando por conocer una caricia del aire vestido de brisa.

Supiste alguna vez la vida amorosa de un cóndor?

Hoy es diciembre y quiero que seas río, orilla y caudal… una tripartición de partes que te constituyan entera, que pinten la impronta y los paisajes que quiero andar con calma, beberme el agua de tu manantial, esfumarme del mundo y que me conduzcas lejana, hasta lo más lejano y recóndito del lugar que nos asile.

Hay páginas que se escriben con pluma y otras que se escriben con amor… nosotros escribimos las segundas, mientras yo escribo las primeras; el secreto, la ventana y los regalos… vísperas de paz y guerra, la paz corporal y la guerra amorosa donde la dulzura nos asesina con cariño.

Está lloviendo en la ciudad mi amor, llueve a cántaros y siento la necesidad de decirte todo y de decirte nada… la necesidad de sentir se vuelve incontrolable y sumisa de mis ganas enfáticas de adormecerme dentro tuyo esta noche.

Hermosa te escucho, tierna te veo, invisible te siento… toda una fábula que nace de nosotros y nos sitúa arriba de un escenario en el que vivimos para sembrar el amor a lo largo y a lo ancho del universo.

Me inquieta la cercanía de lo cercanos que nos sentimos, pienso en la lejanía de lo lejano que es imaginarme lejos de vos…

Y mientras germinamos y representamos canciones de Rosario Bléfari, mientras multiplicamos la vida útil del amor en besos que se estrellan contra la nada hecha imagen inmortal, nos dejamos sentir que somos chiquitos, que somos inocentemente pequeños y que hay mucho bosque y arboledas donde acostarnos a contemplar las maravillas que nacen cuando estamos juntos.

El sociologote y la osita, el encuentro de dos momentos en la misma constelación… el desatino de los que no supieron entender que nuestro encuentro era inminente.

Hoy quiero festejar el encuentro, el reencontrarse después de una vida anterior que no nos dejó saber que, a veces, se nace para el otro. Las historias de amor saben a tragedia en la ficción, mueren todos los días, cuando el amor se vuelve enemigo de quienes lo aman, fenecen cuando dos no pueden verse a través del otro.

Nuestro amor es nuestro, es símbolo de libertad y recuerdos, es la panacea que vive en nuestros corazones, es el elixir del amar con sinceridad, con el fin de que no tenga nunca un fin. Yo te conocía y siempre estuve sin que lo advirtieras. Yo te escribía poemas que jamás pensé hacerte llegar.


YO TE VÍ CANDENTE DE VIOLETAS…
CONJUNCIÓN DE MIL LATITUDES…
YO TE IMAGINÉ EN MI BOCA…
TEJIENDO CIELOS SOLEADOS…
ARRUMACOS EN ALGÚN CINE DE CABALLITO…
Y AÚN NO PUDIENDO ABRAZARTE…
CAMINO TUS PASOS AZULES DE MÍ…
PORQUE QUIERO ENTRAR EN VOS…
PARA QUE COMPRENDAS QUE ESTOY…
Y SEPAS QUE SI PIERDO MI VIDA…
BAJO ESTA CIUDAD EXTENSAMENTE PEQUEÑA…
SÉ QUE TE HABRÉ PERDIDO YA…
Y ASÍ SEPAS QUÉ SE SIENTE AL MORIR…
Y ME DESPIERTES DE ESTE SUEÑO MENGUADO…
PARA TRAERME OTRA VEZ A VOS.

 

Todo late en medio de tanta celebración, tenemos mucho por festejar, tenemos mucho por andar y tenemos un amor que amar.

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