Las coincidencias temporales se oían
lejanas, pero el tiempo se decidió a aparecer. La música acompaña mis días,
mientras la espera para sumergirme en vos se hace extensa.
Es sentirse un andariego, que estimula tu
respiración con la suya, que tropieza con tu mirada, con tu figura candente al
cruzar la avenida a la hora del reencuentro.
Los besos hablaban, se deleitaban,
deliciosas manos entrelazadas, frescura y diluvio de sonrisas… trasnochar con
vos es la retrospectiva que motiva a mi cuerpo a flotar, a mantenerse
noctámbulo, soñando despierto con vos, masticando palabras que guarda en el
cofre de los anhelos.
Conocerte fue conocer el sabor de la
gloria, las nubes se avergonzaron de nosotros y dejaron desnudo al sol que nos
iluminaba, el reloj giraba en sentido contrario, supimos irrumpir a través de
la escena tierna de amarnos en silencio, con sólo mirarnos.
Las pieles tímidas, los pies en punta, las
narices frente a frente, apenas rozándose, las bocas abiertas al mundo, los ojos
copulando suavemente… el festival de las pupilas que se enceguecen ante la
misma vida.
Todo recién arrancaba y éramos una
historia, un color de mil colores, una tela reflejando tonos compartidos… el
tríptico del amor, la vida y el tiempo.
Caminábamos los rincones del otro, los
huecos más ocultos, el sensorial juego de los cuerpos que se dejan descubrir. Las
puertas eran millones, eran conductos, caminos en un laberinto de encuentros
amorosos… ya eras el beso más inolvidable, el cuadro de Klimt, el encantamiento
risueño de dos que se vuelven una cadencia versada.
Si lo que digo es testimonio fiel, puedo
archivarlo en el baúl de las mil y una noches que quiero escribir en tu alada
existencia.
Soy un lago de sorpresas boni… me recuesto
a menudo a imaginarme nuestra vejez, te dibujo canosa, arrugada y de mi mano;
me decido a detenerme, me dejo llevar por el rubor de tus mejillas que se
encienden cuando te digo que vamos a ser novios y felices.
Quiero adormecerme en vos, encontrar el
tesoro oculto en tu plexo solar, los pasos que dar para abrir el centro de tu
órgano vital más significativo.
Quiero arrancarte el corazón y ponerlo a
dormir bajo mi almohada, despertar con su ritmo cansino, con su carmesí
colmando mi humanidad…
Ya murió la luna y las estrellas toman una
siesta, la resolana me abre los ojos… el encanto fue haberte soñado… hoy siento
que empiezo a ser feliz.
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