Todas las luces perduraban, la
simultaneidad del instante en el que decidimos seguir andando. Un tironeo
difícil de entender, dos solitarios que se encuentran pueden detener en un
segundo, el rumbo de las cosas.
Nuestro segundo fue maravilloso; nos
colmábamos de situaciones asombrosas, era contarnos todo en una mañana y
seguirnos contando todo durante el día.
La permanencia del costado romántico que
asomaba cuando las voces se oían.
Reírnos y besarnos, besarnos y reírnos, la
reciprocidad inversa de los que se quieren con sinceridad… luz, cámara, acción.
Nos enfocamos, actuamos con naturalidad, te acaricio el pelo, hundiendo mis
dedos, enredando mis uñas en su suavidad, pruebo el néctar de la humedad de tu
boca, me acerco vertiginosamente a tu cuerpo… la función toma un considerable
vuelo, vuelo yo a través tuyo, mientras me ofrendás, con ternura, tus pupilas
interminables.
Me deshojo y te regalo un vergel, una
mariposa o simplemente un helado de sambayón.
Hoy entramos en otro mes, en otra aventura
interminable, no lo hubiéramos pensado en otro momento… somos dos gotas en un
inmenso charco de amor, dos piedritas a la vera del camino, la vida de un
colibrí que vuela desenfrenadamente hacia la libertad.
Las corazas y el pasado nos pueden hacer
mal, es más fácil mirarse a los ojos con sinceridad y sentir, no dejar de
sentir.
Puedo darte lo que tengo e intentar darte
lo imposible, quiero darte lo imposible a precio beso, siento la necesidad de
decirte tanto y todo, que no digo nada… pues no me alcanza lo finito que soy
para entrar en tu ciudad.
Hay tangos y tangos, hay terrenos fangosos
y maldades esperando hacernos daño, hay pasados imborrables, hay fantasmas
asesinos… pero nada alcanza si adornamos el presente de nosotros.
Una cama, dos sillas, una mesa, un menú,
una película, una carta, dos miradas, mil canciones, dos copas, un ropero, un
libro, mil historias, un terraplén, un océano, un camino, mil viajes, una foto,
dos bocas, un silencio, millones de gentes, una palabra, dos manos, un color,
una esquina, un paseo, mil pasos, un futuro, una postal, cuatro letras, una
casa, dos nombres, mil ilusiones… un ser que encierra dos géneros que se unen
en un universo de millones y millones de millones de astros.
Tendremos todo eso?
Sólo puede tenerse esperando al tiempo, a
la vida, al pasaje de ida hacia el todo eso que erigimos inocentemente, una
noche de agosto, que se extiende a septiembre.
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