jueves, 10 de enero de 2013

Capítulo 3 “Las Manos”


Caballito… domingo con un sabor diferente; el reloj marca las tres de la tarde y lo que era un simple día, se transforma en un milenio de horas que no se detienen sino para que contemple la llegada del futuro…
Siento que podemos andar sin detener la marcha, se avizora un segundo, una estela, una foto entre mil fotos… el Malba es un momento en la ciudad y acontece sin embargo. Vos y vos en mí, la rareza de una consecución de esquinas que fermentan a la luz de una Buenos Aires que sufre el invierno.
Es agosto ya, apenas dejaste atrás los festejos de cumpleaños y me dispongo a regalarte algo… la timidez es más fuerte y aguardo. Caminamos, se enciende un fuego húmedo, inerte, desvariado, podemos recordar millones de momentos pero ese es el momento preciso; Me mirás absorta de cómo te miro sin entender que se trate de vos… te estudio, te observo, te amo y empiezo a amarte desnuda, solemne, perdida en mi mundo.
La casualidad nos llevó a cruzar a dos amigos tuyos, pero el encanto arrojaba piedras al vacío, al fondo de un estanque que guardaba secretos.
Se trató de vagar y divagar… nos hablábamos con ternura, con deliciosas ofrendas sensoriales, la herrumbre del domingo coloreada por cada palabra y el silencio… tus manos se vuelven refugio, pero no me animo a entrar aún.
Enciendo las luces y el telón se abre… ya es una velada que va a repetirse, te miro, te sigo mirando, me muestro de cuerpo entero… el manantial y la bucólica caída del sol, las ganas de decirte tanto; de pronto el pasado, cruel y violento pasado… te abrazo. Florida está esplendorosa, excitante, podría quedarme bebiendo cada milímetro de tu aflautada voz. Compartimos, decodificamos cada respiración, la porteña noche ya nos conoce.
Llegamos al principio… Acoyte cierra sus ojos. Conversamos, nos distendemos, ya no es tan misteriosa la llegada de la primavera. Te sigo mirando (lo hice todo el tiempo) con animosidad, con frenético deseo de que no concluya… te vas a ir por un momento. Te dejo música en las manos… me dejo caer en ellas.

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